SEASIDE CLIMA

Notipunto

  • Nuestras Redes Sociales:
Cabecera
Home Últimas Noticias Milagros desde la oscuridad. Cuando los santos fallan, acuden al Ángel Negro de Tepito
Milagros desde la oscuridad. Cuando los santos fallan, acuden al Ángel Negro de Tepito
  • Compartir
  • 20

Milagros desde la oscuridad. Cuando los santos fallan, acuden al Ángel Negro de Tepito

  • - 2025-04-27

DOMINGA.– En la misma manzana hay tres altares dedicados a la Santísima Muerte, a la Virgen de Guadalupe y al Ángel Negro. Además, una capilla católica en plena calle. Los cuatro sitios comparten el mismo código postal. Y hay quienes vienen aquí a encomendarse a los tres. La fe es lo que mantiene vivos estos lugares, a los que muchos vienen en busca de favores y protección. Será que esa es la magia de Tepito: hay sitio para todos y respeto también para cada creencia y culto.Conocí a Alexis el Día de Muertos de 2024 cuando cubría la celebración de la Santa Muerte. Un joven amable, devoto y fiel a su Ángel Negro, también conocido como “Diablo”. Un imaginario católico de origen griego, una entidad dentro del conflicto espiritual entre el bien y el mal. Un ángel caído que se rebeló contra Dios y lidera a las fuerzas del mal. Alexis me pide no decirle “Diablo”, es un nombre ofensivo. Él prefiere “Baal” o “Angelito Negro”.En su pequeño templo, ubicado en la calle de Carpintería número 35, colonia Morelos, conviven diversas figuras de demonios a lo largo de dos habitaciones que antes eran su hogar. Desde hace cinco años, Alexis ha ido transformando este espacio en el altar más grande y popular de la Ciudad de México para este culto.En el barrio lo conocen como El Chino y poco a poco se ha ido convirtiendo en uno de los personajes referentes, como Doña Queta con la Santa Muerte u otros que no tienen nada que ver con la fe, como Lupillo, el de “las chelas” o la Güera, la de “las migas”, ese platillo caldoso que se popularizó en Tepito. Alexis es seguidor de esta deidad desde los 16. “Para mucha gente, él es malo, pero en realidad es bueno. Los verdaderamente malos son los humanos que le piden cosas negativas. Él me ayudó mucho a que mi madre superara el cáncer de mama y desde entonces le soy fiel”, comparte.“Yo recorrí muchas religiones y no encontraba respuesta, con él encontré todo, él le dio la salud a mi madre y ella es lo más importante, así que desde entonces le prometí hacerle un espacio en mi casa para honrarlo y que la fe de la gente llegara sola”, dice mientras llena las dos habitaciones del altar con humo de salvia, con la finalidad de limpiar el lugar, el humo es tanto que pica los ojos y saca lágrimas difíciles de controlar.Recorre el lugar humeando a las distintas figuras de demonios que habitan el templo, pues no sólo hay un “Diablo”, sino varios e incluso distintas deidades consideradas demonios de todos los tamaños y formas, lo hace mientras va narrando: “Yo ya sabía que existía la catedral del Angelito Negro en Pachuca, Hidalgo, lo descubrí por redes sociales, así que cuando mi mamá enfermó fui a buscar a Óscar, el llamado Obispo Negro, y él me regalo mi primera figura y me marcó la espalda, a cambio le prometí hacerle un templo en el barrio y se lo cumplí”, dice.Y es que Tepito no es el único sitio donde se admira al Ángel Negro. El del Obispo Negro, como le dicen a Óscar Pelcastre, nació 30 años antes que Alexis y es uno de los pioneros del culto y quien fundó el primer santuario en México, en Pachuca, y al que se le conoce como el Palacio Negro de Luz Bella de la Oscuridad, también la Catedral de la Santa Muerte 333.Alexis siempre fue religioso. Toda su niñez se la pasó en la iglesia, está bautizado, asistió al catecismo e hizo entusiasta su primera comunión. Fue un niño y un adolescente muy participativo de la iglesia católica, pues se fue peregrino en fiestas guadalupanas, llegó caminando al santuario de Chalma y a otros recintos. Aún se considera católico, pues respeta todas las religiones, dice que cree en Dios.Conoció al Ángel Negro por redes sociales y lo siguió hasta Pachuca con el objetivo de pedirle la sanación del cáncer de su madre. Con apenas 16 años recibió de las manos del Obispo Negro, su primera figura de demonio.“Hace 14 años tengo mi angelito, al principio yo lo escondía debajo de la mesa,me daba temor el qué dirán, qué pensaría la gente cuando supieran que empezaba a creer en esto y la gente dice que eres malo, te juzgan sin saber que esto es todo. Con el tiempo, fui abriendo mi fe y, cuando mi mamá se dio cuenta de eso, me dijo que lo sacara, que no estaba bien”, recuerda. Pero Alexis le insistió a su mamá hasta que logró convencerla de su fe, su devoción.“Ahora le pido que me quite el mal de ojo de toda esa gente que no quiere que esto crezca”, dice este fiel creyente del Diablo.El templo al Ángel Negro en medio de una vecindadEs marzo de 2025, fuera de la vecindad donde se encuentra el templo, se sienten los 29 grados que calientan la Ciudad de México. Caminamos un pasillo más o menos largo, después de cruzar la pequeña puerta para dirigirnos a dos habitaciones oscuras, más calientes que el calor de afuera, y místicas, que imponen demasiado. Imposible no sugestionarse, pero entramos con mucho respeto.La habitación principal tiene un pentagrama y al centro está la figura del Ángel Negro con cuernos y cara humanizada, tiene algunas joyas y relojes que lucen costosos, también hay billetes, semillas, velas y alcohol. Una de las características de estas figuras es que a la gran mayoría las crean desnudas en diferentes materiales, no rebasan los 50 centímetros y otras miden más de 1.70 metros. Pero tienen un distintivo: penes muy grandes.En cinco años ha llegado mucha gente, desde niños hasta políticos y curiosos. Alexis es testigo de cómo ha entrado gente enferma y salido curada. Dice que es responsable de una tarea tan grande pero lo hace con fe ciega. Por compromiso a quien le cumplió el favor de curar a su madre y después lo ha protegido de todo mal, dice.El lugar está abierto todos los días y es de entrada libre, está dentro de una propiedad privada, pero no es impedimento para que hasta el sitio lleguen ofrendas de todo tipo en agradecimiento por favores. “La traen semillas, dinero, incienso, alhajas, flores, cervezas, dulces, juguetes, vienen unas 30 personas diarias, nunca sé quién le coloca un reloj de brillantes o quien le deja dinero o simplemente quien le dejó sólo su fe, cada visitante sabe a qué viene y yo sólo pido respeto para el altar y para mi casa”.“Yo mismo le prometí hacerle un lugar donde la gente viniera a venerarlo, por eso tengo esculturas en tamaño real que he mandado a hacer, otras me las han regalado, luego me traen figuras para transmitirle mi energía y los preparo, los limpio y se los llevan a su casa”.El de Alexis no es el único hogar con un altar al “Angelito Negro”, se está convirtiendo en una figura de culto popular. Surgió a principios de los años 2000 en Pachuca, en el Mercado Sonorita. “Se llama Palacio y representa lo que marca la Biblia, que son los tres ángeles caídos, el número 333 significa Padre, Hijo, Espíritu Santo y la Muerte”, ha dicho en varias entrevistas, su creador, el Obispo Negro. Dentro del lugar hacen tres tipos de rituales: limpia, curación y purificación. Quienes acceden al ritual, deben descubrirse la espalda, les hacen unos cortes en la piel, los manchan con su propia sangre y les echan cera, alcohol y sal. Así marcaron a Alexis desde el día que entró a ese templo.¿Qué dice la Iglesia católica del culto al Diablo?El culto es condenado por la Iglesia y otras denominaciones cristianas. Los creyentes que veneran al Ángel Negro acuden a él porque otros santos les han fallado. Se estima que hay entre 9 mil y 20 mil santos, pero la cifra oficial es de 7 mil en la última edición del Martirologio Romano. Además, la Iglesia reconoce a muchos más en grupos, “compañeros” de mártires, sin nombrarlos individualmente. Sin embargo, los seguidores del Ángel Negro aseguran que ninguno cumple lo que les piden y por eso se encomiendan a él y suelen rendirle ofrendas cada primer viernes del mes.Para Alexis en el mundo hay tres deidades muy grandes y lo describe así: “Dios”, “mi padre” –dice y señala al Diablo– y “mi madre, la Muerte”. No hay nada más grande en el mundo que ellos tres y de ellos tres se deslindan muchas religiones, la primera que yo toqué fue la católica, sigo siendo por respeto. Reconoce que todo lo que sabe se lo enseñó el Obispo Negro y le hizo el “rayado”, esas cortadas en la espalda que le selló con sal y con cera. “A partir de ahí me sentí fuerte, poderoso, con mucho amor hacia él”, todo lo dice de una forma serena y en paz.“Todos los humanos tenemos un demonio interior y cuando lo sacamos y aprendemos a vivir con él, es bien chido, pero cuando lo tenemos reprimido sale lo peor de la humanidad, como los violadores, matones, pero cuando lo aceptas y vives con él aprendes a vivir en equilibrio”, dice cuando se le pregunta si no le da miedo.México es uno de los países más católicos del mundo. El último censo que se tiene sobre el catolicismo es de 2020, donde 77.7% de la población mexicana se consideraba católica, lo que equivale a 97.9 millones de personas. Con todo y esas cifras absolutas la iglesia ha tenido sus bajas, pues 10 años atrás, en 2010, 82.7% de la población mexicana se identificaba como católica.¿Dónde están esos feligreses? No hay cifras, pero cada viernes primero de mes, tanto el templo de Pachuca como el de Tepito, se llenan de gente que va a agradecer. “Cada vez hay más creyentes de él, pues es poderoso, milagroso, a muchas personas las llena de luz, tiene mucho poder y han venido personas desde niños, señoras, personas grandes a pedirle con humildad y devoción y les cumple”, dice.Misma fiesta al Ángel Negro pero en NezaÁxel es otro joven de veintipocos años que lleva varios años haciéndole una fiesta a su Ángel Negro cada primer viernes de mes. Hasta su casa, en Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México, llegan cientos de personas al festejo cada primer viernes de mes que se realiza sin falta con comida, tacos y tamales y bebida gratis, para quien llegue y desee llevarle una ofrenda al Diablo.Dice ser devoto de la Santa Muerte y del Ángel Negro, sólo que a este le pide favores distintos. “Le soy bien fiel porque él me es fiel a mí”, dice. “Yo, por ejemplo, soy culero, la verdad, y me he dedicado a cosas no muy decentes, así que con él no me da pena”. Reconoce que su misión es sumar gente al culto, comenzando por su familia y por el barrio. “La fiesta la ofrezco como una ofrenda por la protección que recibo cada día y no me interesa ningún tipo de intercambio económico. Abro las puertas de mi casa para quien desee compartir mi devoción”, dice.El Chino tampoco cobra y deja pasar a cualquiera que así lo quiera y lo haga con respeto hacia el altar y hacia su familia. Cuando le pregunto si hay una oración específica para el Ángel Negro, me dice que no existe como tal, pero que Alexis les recomienda decirle lo primero que les venga del corazón.“Les pido que no tengan miedo, que no se frenen por el qué van a pensar, por lo que diga la gente, él es el más divino, el más poderoso y el mejor para mí. Él no juzga a nadie, recibe a todos, él ya fue juzgado y por eso lo desterraron, así que mi casa es la casa de quien desee visitarlo”.GSC/ATJ


TE PUEDE INTERESAR

Notipunto

Al día con usted



Nuestras Redes Sociales: